(Por Ignacio Rtchart / Barricada TV) Según la Organización Mundial de la Salud ningún nivel de plomo en sangre puede ser considerado exento de riesgo. Aunque la máxima establecida en niños es de 5 Microg/dl, cualquier valor por debajo de este número puede aparejar problemas de desarrollo.
En el barrio Las Mercedes de Virrey del Pino “viven” (además de otros chicos y adultos):
Joel Gallegos, de 1 año y 9 meses, con 19,6 Microg/dl de plomo en sangre
Néstor Crespo, 2 años y 2 meses, con 13,0 Microg/dl de plomo en sangre
Augusto Soria, 4 años, con 16,0 Microg/dl de plomo en sangre
Augusto se había realizado un primer análisis en el 2014, cuando tenía apenas 1 año, y ya manifestaba 4,2 Microg/dl de plomo en sangre; lo que deja a las claras que la situación ambiental en el barrio es cada vez peor.
Estos exámenes fueron realizados entre Diciembre de 2016 y Enero de 2017 por ACUMAR (Autoridad Cuenca Matanza Riachuelo) a través de un relevamiento sanitario que según Susana Aranda, vecina y querellante en la causa iniciada en 2009 contra la empresa, estuvo lleno de irregularidades. A muchos vecinos les negaron el examen, y a varios que se lo habían realizado no les llegó el resultado. Además, se puede apreciar que los otorgados son sólo una fotocopia de lo que le entregó el laboratorio del Hospital Garrahan a ACUMAR. Y así, sin sello ni referencia de la última, fue entregado a los vecinos.
El 99% de la población de este barrio del km 44,5 de la Ruta 3 tiene que usar un pap nasal (aspirador) para poder respirar con normalidad, o sufre de dermatitis, conjuntivitis, bronquitis, disnea, plomo en sangre, problemas neurológicos, anemia en las embarazadas o cáncer. Una especie de arenilla inunda las calles del barrio y se percibe en el aire. Esa arenilla (material particulado) está compuesta por un cóctel de químicos que se exteriorizan a través de unas tolvas (chimeneas) y que utiliza la empresa para producir sus pastinas antihongos, adhesivos y revestimientos que ofertan en el mercado de la construcción (en el cual son líderes) a costo de la salud de los habitantes que rodean la fábrica.
Susana Aranda es una de las vecinas que más lucha por la salud de su barrio y es el motor de la denuncia que iniciaron en 2009 en el Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 2 de Morón a cargo del juez Jorge Ernesto Rodríguez (que fue investigado por corrupción en otros hechos) y en el Juzgado N°1 de Morón subrogado por el juez Juan Pablo Salas, pero la justicia sólo clausuró la fábrica dos días y le impuso cumplir con siete metas que según el Juez Rodríguez cumplieron con efectividad. Sin embargo, los vecinos denuncian que las inspecciones no se hacen de manera sorpresiva y la empresa no pone en funcionamiento a toda su producción cuando estas se hacen.
Los vecinos del barrio Las Mercedes realizaron durante el 2016 un acampe de dos meses frente a la fábrica y frente a la Municipalidad de La Matanza en busca de alguna solución. Fueron recibidos por el Secretario General de Gobierno municipal Gustavo Dutto pero sin compromiso alguno. También fueron recibidos, junto a las otras partes del conflicto, por el Juzgado N° 2 de Morón pero ninguno reconoció siquiera que exista un problema de contaminación a pesar de que ese día Nora Cortiñas estuvo allí y les dijo a los presentes que estaban cometiendo delitos de lesa humanidad. La Intendenta municipal, Verónica Magario, dijo en C5N que lo que están sufriendo los vecinos es sólo un problema de agua y que estaba en vías de solución. Pero desconoce, u oculta, que los vecinos se contaminan por aire, agua y tierra. Al mismo tiempo la gobernación de la Provincia de Buenos Aires le permite a Klaukol seguir funcionando a través del Organismo Para el Desarrollo Sustentable (OPDS) en vez de advertir que la situación es cada vez peor.
El tiempo pasa y sigue más que claro que los que tienen el futuro clausurado son los chicos y los vecinos de Las Mercedes, desamparados ante una empresa que produce en Argentina lo que no puede realizar en Francia y con un sistema jurídico y político (sin distinción de banderas partidarias) que no escucha el grito de los vecinos: quieren vivir.
Fuentes:
http://www.barricadatv.org/?p=5860
http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs379/es/
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